Me llamo Maricel y recuerdo perfectamente el día en que me topé con el perfil de Nick en Dating.com. Fue una de esas decisiones espontáneas, un simple clic que lo cambió todo. Un día, de pronto recibí una llamada de Nick.
No me imaginaba que esa llamada daría lugar a innumerables conversaciones que fueron forjando una conexión que iba más allá de las palabras. Era fácil hablar con Nick y su humor era contagioso. Nuestras charlas pasaron de ser bromas casuales a conversaciones nocturnas sobre la vida, los sueños y todo lo demás.
Con cada mensaje, me sentía más atraída por Nick, a quien aún no había conocido en persona. Sus palabras me hacían sentir bastante cómoda, era algo inexplicable.
Y llegó el día en que Nick me propuso quedar. Estaba nerviosa y a la vez entusiasmada. Mis nervios se desvanecieron en cuanto le vi. Fue como encontrarme con un amigo de toda la vida y no con un completo desconocido.
Nuestra conversación fluyó sin esfuerzo, igual que cuando hablábamos por la plataforma. No hubo silencios incómodos, solo risas compartidas e intercambio de historias. Presté mucha atención a cada una de sus palabras, y sus historias y experiencias me tenían intrigada en todo momento.
Esa primera cita marcó el comienzo de algo hermoso. Con el paso de los días, nuestro vínculo se fue estrechando y me enamoré de Nick de una forma que nunca creí posible.
Los meses pasaron volando y nuestra relación se convirtió en algo realmente especial. Desde aquellos primeros mensajes en línea hasta nuestras aventuras juntos, cada momento parecía ir tejiendo nuestro destino juntos.